Los pulpos, normalmente conocidos como animales vergonzosos, se habían resistido a que su vida amorosa fuese documentada, por lo que muchos de sus analistas habían concluido que eran solitarios y poco románticos, dijo un informe aparecido hoy en www.elmundo.es
El estudio de un grupo de investigadores de la Universidad de California Berkeley publicado por la revista 'Marine Biology', ha permitido dar un vuelco a estas suposiciones. Los científicos han descubierto que estos animales esconden en sus prácticas sexuales, en las que incurren tan sólo una vez en su vida, una serie de conductas de acoplamiento que incluyen el coqueteo, la estrangulación e incluso el acecho obsesivo, así como ocasionales comportamientos de travestismo.
Para las hembras el proceso es un asunto sencillo. Las observaciones de los 'Abdopus aculeatus', un especie de pulpo del tamaño de una naranja propia de Indonesia, han permitido establecer que las hembras se adaptan a los comportamientos de sus parejas.
Para los machos el acoplamiento es una actividad más complicada, por lo que los biólogos los han dividido en tres categorías diferentes.
La primera es la de los machos más grandes, que son llamados 'guarders' ('guardianes'). Los pertenecientes a este grupo se mantienen cerca de su pareja y la siguen mientras avanzan. Cualquier intruso es tratado severamente, hasta el punto en que en algunos casos se usa la estrangulación. Los investigadores especulan que los machos retiran de las hembras el esperma de sus competidores.
Un segundo grupo de machos optan por un acercamiento más itinerante, viajando a través del mar y cortejando a las hembras una vez las encuentran. Tal y como lo hacen los 'guardianes' ellos utilizan su cuerpo rayado para mostrar su virilidad.
El más sorpresivo de todos los casos es el de los machos más débiles, que son llamados 'sneakers' ('furtivos'). Por temor al latigazo de los tentáculos de sus competidores, éstos se disfrazan como hembras, cambiando los modelos de su cuerpo y nadando en una manera más femenina, lo que les permite moverse sin ser descubiertos.
Imposibilitados para continuar su conquista, los 'furtivos' se enfrentan al problema de retirar el esperma tomando más tiempo para copular. La duración media de un combate entre los pulpos es de aproximadamente cinco minutos, pero se llegaron a observar peleas de hasta media hora.
Después de la concepción, la hembra pone decenas de miles de huevos, manteniéndose en guardia para protegerlos hasta que incuben. Debilitados por el proceso, la madre y el padre mueren pocos meses después.
Los investigadores han asegurado que esta no es una especie de pulpo particular, lo que sugiere que otras especies se pueden comportar de la misma manera.
viernes, 4 de abril de 2008
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