El proceso es sencillo. Una vez sacrificado al animal se recuperan los ovarios, se extraen los óvulos y se fecundan, pasados siete días, con el esperma de un toro que también tenga un buen historial como engendrador de vacas con gran capacidad de lactancia. La idea es que el ganadero pierda la vaca, pero "conserve su genética", ha explicado la doctora Teresa Mogas, líder del proyecto.
La tenera bautizada como Autònoma por el ganadero, en honor al centro universitario, nació el día cinco de febrero en Can Pol de Vilarnadal (Girona) y es una "ternera preciosa, esbelta, alta y sana", relataba orgullosa su ‘madre’, la doctora Mogas.
La aplicación de esta técnica en Cataluña, cuyo coste asciende a 150 euros por embrión, supone un gran alivio para los ganaderos que hasta le fecha, se veían obligados a desplazarse a Italia para realizar el mismo proceso. En ese sentido, Mogas se mostraba esperanzada con el éxito y la demanda de la técnica. "Esperamos tener lista de espera", ha bromeado.
Además de Autónoma, las cuatro científicas implicadas en el proyecto, han repetido el proceso con siete vacas más, dos de las cuales han vuelto a tener el ciclo menstrual, mientras que las otras cinco se desconoce si finalmente han quedado preñadas.
Hasta la fecha, este grupo de investigadoras se dedicaba profesionalmente a la aplicación de esta técnica entre el sector bovino, aunque esta ha sido su primera incursión en la aplicación con vacas.
Animadas por el éxito de Autònoma, las investigadoras ya se plantean aplicar la ténica en otros animales. "Nos gustaría hacerlo en los caballos, aunque es un poco complicado porque no se sacrifican tan a menudo como las vacas", ha explicado Mogas.
Fuente www.elmundo.es
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